Sobre un semestre de publicaciones

Cuenta la leyenda que a finales del año pasado yo me encontraba inconforme con el modelo de “beneficios” que ofrece Twitch a los suscriptores de un canal, y quería hacer algo al respecto— algo con valor real y, de ser posible, tangible.

Desde que el canal de BZ Twitch fue aceptado como afiliado, Twitch nos dio acceso a un montón de herramientas que ellos utilizan para fomentar el uso de dinero en la plataforma. Esto no debería de ser sorpresa para nadie: Twitch es un negocio que quiere tener ganancias, los streamers son el producto, y los suscriptores a un canal son los clientes.

Sé que eso puede sonar cínico, o anti-capitalista, o cualquier tipo de otras críticas que he hecho a lo largo de los años, pero en esta ocasión particular lo estoy diciendo sin exageración; cuando te conviertes en afiliado, todo el vernacular de parte de Twitch hacia el streamer se torna en uno de dinero, sin pena alguna. Todos los beneficios que le puedes ofrecer a tu audiencia, como emotes de canal, streams con chat exclusivo o acceso especial a las repeticiones, entre otras cosas, vienen con párrafos de explicación que nunca fallan en mencionar “engagement” o “usar bits” (la moneda digital de Twitch que compras con dinero real), “hacer donaciones” (con dinero real), o “premiar a quienes lleven más meses suscritos” (las suscripciones siendo pagos mensuales), etc etc etc. Twitch no pretende inocencia y es muy claro con su mensaje: hay todos estos juguetes para que hagas que tu audiencia gaste dinero queriendo tener los beneficios.

 

Existe un lado positivo, por supuesto, en el que se desarrolla un sentido de identidad grupal, en el que las personas de la audiencia pueden sentirse en comunidad y que su voz es escuchada y apreciada, y ciertamente es bueno que las personas puedan tener comunidad y se sientan menos solas. También es cierto que Twitch es un negocio, tanto para sus dueños como para miles de streamers que se ganan así la vida, y lo que quieren es generar ingresos; no podemos fingir que son altruistas y que su motivación para que uses sus sistemas de producción de dinero son una sorpresa o traición.

Pero hoy no vamos a hablar sobre los problemas de la evolución de la web hacia un estado perpetuo de monetización, ni sobre las relaciones parasociales que se dan en los contextos de streamers/influencers/etc. No; hoy vamos a hablar sobre el caso específico de cómo los incentivos de Twitch chocaron con mi filosofía, intereses, e historia, y el resultado de esa mezcla.

 

Llevo haciendo video para la web por más de catorce años, la mayoría de los cuales ha sido junto con mis amigos, y “fundamos” la BZ para tener un nombre bajo el cual publicar nuestros videos. Cuando publicabas algo en la web en aquél entonces era por gusto y para que cualquiera pudiera encontrarlo y disfrutarlo; pagar un proveedor de internet costaba, pero la web era un lugar gratuito para descubrir y compartir las cosas que te gustaban o que hacías. Tiempo después entré a estudiar y hacer cine de manera profesional y me enfrenté a la mentalidad que se tiene en esa industria con respecto a la distribución de los cortos- y largometrajes: suele haber una época al estreno de una película, en la que sólo la puedes encontrar en salas de cine, y después entra a la venta comercial con DVDs/BDs o como descarga digital o streaming; incluso los cortometrajes pequeños e independientes, que no tienen planeado ser vendidos como las películas grandes, suelen tener un “periodo de festivales” durante el cual el corto no existe en la web porque está tratando de ser aceptado y mostrado en festivales de cine que demanandan exclusividad, pero muchas veces el corto nunca llega a la web incluso después de su periodo de festivaleo. Yo, en cambio, ya traía una mentalidad de publicar de manera gratuita todo, porque así es como puede ser visto y compartido, que son, en mi mente, la meta de hacer una película: que la vean las personas. Encerrarla detrás de la excusa de exclusividad de festivales o un sistema de pago no tenía sentido para mí, y desde la segunda semana de la carrera yo estaba publicando mis trabajos, así como lo había estado haciendo desde años antes.

Por lo mismo, la idea de dar “exclusividad” en Twitch a quienes han pagado me disgustaba, y aunque sí tenemos emotes para el chat que son exclusivos a los suscriptores, (1) es porque, literalmente, Twitch no nos permite la opción de poner más emotes gratis, y (2) de todos modos esos emotes y muchos otros están disponibles de manera gratuita en el servidor de Discord, que es abierto. Sumado a eso, pagar mensualmente y que lo único que ofrecemos es un puñado de emotes es una idea que no me sienta bien. La comunidad que se ha formado alrededor de los streams de la BZ es muy linda y todavía es pequeña, pero deciden apoyarnos a su manera con esas suscripciones, y yo siento la necesidad de dar algo de regreso.

 

Una revista. Era la idea perfecta; podemos cada uno de los streamers escribir un artículo de algo que nos interese y sería como sentarnos a platicarles qué hemos hecho ese mes; la podrían imprimir y guardar como recuerdo de esta época y de esta comunidad (yo considero que poder sostener algo en tus manos es más especial que sólo tener emotes durante un mes); y en la revista vendrían los nombres de los suscriptores de ese mes, quienes tendrían acceso al número de ese mes de inmediato, y al mes siguiente se haría pública para todos.

Ya he escrito sobre la concepción de la idea, y sobre mis pensamientos sobre los objetos físicos, en artículos para la misma revista, así que no ahondaré más en ello aquí. Además, parte de la razón para escribir esta entrada del blog que estás leyendo en este momento, es para decir que voy a comenzar a re-publicar aquí mis artículos de la revista, porque me gusta este blog y, al menos yo, uso la revista para hablar de temas similares a los que publico aquí. Por supuesto, la mejor experiencia para leerlos es con el diseño editorial de la revista, pero el contenido del texto no cambia al pasarlo a un blog y, al contrario, se convierte en hipertexto y puedo agregar ligas, videos, y demás cosas divertidas. Hablando de diseño editorial, pasemos al siguiente punto.

 

Cada uno de nosotros escribe su propio artículo, pero somos Kevin y yo quienes armamos la revista. Nos dividimos al resto del equipo para trabajar con ellos el diseño de sus artículos, y luego junto los archivos y finalizo el documento. Kevin se autoasignó de broma el título de Jefe de Diseño, y a mí me puso Editor en Jefe, pero no sabemos realmente qué significan, a pesar de que él trabaja en una revista en la vida real. Es un ejercicio de aprendizaje para ambos, desde el uso del software, hasta la experimentación con el diseño. En lo personal sí me ha sido un proceso de crecimiento porque yo no tenía idea de nada en diseño editorial; aunque por alguna razón y otra toda la vida he estado involucrado con el diseño gráfico, mi especialidad es la composición en el arte visual— cine, foto, cómic, pintura. Los cánones y prácticas deñ diseño editorial, especialmente para una “zine”, me eran completamente nuevos, pero así como con muchas otras cosas en mi vida, me eché el clavado de cabeza y estoy aprendiendo sobre la marcha.

Portadas de Behind th sceneZ, volumen 1, números 1 a 6

Llevamos medio año de publicación y lo más complicado, de manera grupal, ha sido el redactar los artículos mismos. Entre que la vida es caótica y ocupada, y que a veces no hay muchas ideas, eso es con lo que más batallamos. Aún así, perseveramos y hacemos nuestro mejor esfuerzo, aunque haya números donde falte la voz de uno o dos de los miembros del equipo, y a pesar de que actualmente el canal de BZ Twitch tenga sólo un show a la semana, cuando en nuestras épocas más activas teníamos hasta diez transmisiones a la semana.

No sé qué sucederá en el futuro*, pero sí sé que yo voy a imprimir cada número para tenerlos en mi librero.

 

*Digo eso no como despedida; a la fecha de escribir y publicar este blog estoy recopilando los artículos para el séptimo número. Me refiero al largo plazo; después de un año de revista, después de dos, etc. Este tipo de proyectos va evolucionando, a veces se transforman en otras cosas, a veces se terminan, y a veces son el primer escalón que da paso a otras cosas; por ejemplo, los streams qué hacía con mi hermana al principio de la pandemia nos dieron el conocimiento para poder hacer que todo el equipo BZ pudiera estar transmitiendo sus propios shows.

Gracias a Yoyo por hacerme notar que sonaba a una despedida el último párrafo, pero no, no se va a terminar esta revista todavía. Si todo sucede a tiempo deberíamos de estrenar el siguiente número a finales de esta semana/principios de la siguiente.