(Originalmente publicado en el número de enero 2022 de Behind the sceneZ, la revista de la BZ)
¿Acaso mis sentidos me engañan? ¿Es verdad que hay una nueva película de BlueZone?
Es enero del 2022 y para este momento han transcurrido muchos, muchos años (muchos) desde la última película que propiamente realizamos bajo el nombre de BZ, siendo ésta Dios de la Lluvia allá en octubre del 2013; y aunque en ese tiempo yo ciertamente he hecho películas y cortometrajes, tanto por mi cuenta como en mi vida profesional, no es lo mismo.
Para mí esta peliculita, por más boba y sencilla que sea, representa algo muy importante y especial, y aquí voy a escribir un poco sobre ello y sobre los aspectos detrás de cámaras cómo fue la producción de Rocket Ligue. Espero que lo encuentres interesante.
Yo comencé a hacer videos con mis amigos allá en el lejano 2008 porque era algo divertido para nosotros; nos la pasábamos bien, nos hacíamos reír a carcajadas, y al final teníamos una cosa que nosotros mismos habíamos hecho, de la cual podíamos sentirnos orgullosos, la cual podíamos volver a ver y volver a reír. Que hoy en día me quiera dedicar al cine de manera profesional es una consecuencia de lo que hacía con mis amigos, y no al revés; éstas son mis raíces: el divertirme y grabar tonterías con mis amigos mientras hacemos películas.
Cuando terminamos la preparatoria y entramos a estudiar cada uno su propia carrera tuvimos una pausa indefinida en cuanto a hacer videos y cualquier cosa que tuviera que ver con la BZ, hasta el muy inesperado resurgimiento gracias a los streams y a la comunidad de Geliers que se interesaron en ver qué era lo que hacíamos (Grrr a todos ustedes). Aunque llevamos catorce años de videos, nunca habíamos tenido un público como lo tenemos ahora, y eso nos ha energizado y despertado de nuevo nuestras ganas por hacer cosas. El volver a sentir la emoción de grabar algo sonso con mis amigos y reírnos a carcajadas antes, durante, y después, fue algo sumamente lindo y cálido para mi corazón.
Pero no estamos aquí sólo para que me ponga meloso sobre el pasado, sino para hablar sobre una película, así que comencemos con el guión.
La idea entera surgió en el asiento trasero de un taxi mientras iba de trayecto a alguna parte, la apunté rápidamente en una nota en mi teléfono, y así se quedó hasta el día de ser grabada. Como puedes ver, el guión no es nada sofisticado– ni siquiera tiene título; no dice quiénes son los personajes, dónde están, o qué están haciendo; y de pronto se torna solamente descriptivo. A cualquier ojo esto parece el primer borrador, y quiero resaltar este punto por si alguien que también se quiera dedicar a cosas creativas está leyendo: a veces puedes brincar directo del boceto en la servilleta a la pieza final sin preocuparte por planchar cada detalle antes de empezar.
Yo me conozco y sé que si yo solito voy a estar maniobrando la cámara y editando, en este pequeño texto ya tengo todas las instrucciones que necesito sobre cómo grabar; y más importante aún: llevo catorce años grabando con mis amigos así que también sé que el producto final va a ser una pieza donde todos improvisarán y todos aportarán de su propia imaginación, así que no trato de hacer un guión “académica/profesionalmente correcto” como “debería”.
Entonces, el primer paso es presentar la idea, ver qué opinan los demás. Ese día llegué a casa de Héctor y se lo leí; se carcajeó y me dijo que podía ver clarito a Ian. Nos cuestionamos si deberíamos de mostrarle el guión a Ian, o si intentar hacer una toma en la que Ian no sepa qué ocurre y ver qué pasa; Héctor votaba por no decirle a Ian. Cuando llegó Ber, de igual manera se lo leí, le dio risa, y votó por no mostrarle el guión a Ian. Así que cuando finalmente llegó Ian y lo íbamos a grabar, lo único que le dijimos es que fuera él mismo.
Entonces llega la hora de grabar. Para este momento las palabras específicas que decía el guión ya fueron olvidadas; lejos del alcance del oído de Ian, Héc y yo hemos estado repasando un par de veces la pronunciación que debe tener al decir “Rocket Ligue” para que el chiste funcione, y él entiende hacia dónde debe ir la conversación para poder contar el twist– lo que suceda una vez que corra la cámara es improvisación de Héctor tratando de conseguir una reacción específica de Ian, y usando 16 años de amistad para saber cómo lograrlo.
Del lado técnico, yo estoy pensando en que lo que voy a hacer es un solo tiro en el que estén ambos, porque al ser improvisado existe la posibilidad de que salga algo muy chistoso y lo queramos usar sin modificarlo. Si no funciona el actuarlo sin que Ian conozca el guión, ya se lo mostraremos y quizás entonces haga cobertura de primeros planos individuales para cortar entre ellos, pero eso dependerá de cómo nos vaya en este primer intento. Sabiendo que los necesito a ambos en cuadro, busco un encuadre que me funcione para que ellos se vean relajados, el cual, como con muchas otras cosas de este estilo de grabación, es mucho más relajado e improvisado, por lo que sólo los acomodo un poco de dónde ya estaban inicialmente para que queden mejor en cámara. Ian, por supuesto, no está jugando nada mientras la cámara corre y en cambio está actuando. Es un súper pro.
La toma, como has de imaginar, salió de maravilla y la utilizamos íntegra. Es mejor mantener reacciones tan genuinas de los actores por encima de errorsillos técnicos, como, por ejemplo, que en un momento el auto-enfoque de la cámara se aloca y por unos instantes desenfoca. “Kobeh, ¿por qué tenías la cámara en foco automático? ¿No se supone que eres un profesional de catorce años de esto y no deberías cometer estos errores?” Sí. No debería de haber tenido esos errores. Pero estaba tan emocionado por grabar con ellos que se me olvidó por completo todo lo técnico de mi cámara y mis nervios eran tales que ni siquiera me detuve a pensar en foco, exposición, temperatura, nada. Por suerte la cámara no se apanicó demasiado durante la toma, y fuera de ese ligerísimo desenfoque todo lo demás funciona de maravilla; hubiera sido una pena que por mis nervios, emoción, y no preocuparme por la cámara, se hubiera perdido una toma tan divertida y genuina. Eso es lo que nueve años sin grabar con tus amigos le harán a tu cerebro.
La siguiente toma, si leyeron el guión, sería que vemos la televisión y el juego, pero como en ésa no hay actores, la grabaré al final, por lo que me voy al final del guión en donde vemos las reacciones que ellos tienen ahora que ya están jugando. Aquí Héctor se inventó lo que dice el personaje y se lo mandó a Ber, quien desde fuera de cámara estaba leyendo, esperando a que Héctor le diera una instrucción a Ian y él picara el botón. Lo que estaba escrito en ese mensaje era un secreto que sólo Héctor y Ber conocían, por lo que el sufrimiento en el rostro de Ian es, de nuevo, la expresión de sinceridad (y sufrimiento) más pura del mundo. Ahora, quienes hayan visto el vlog Cohetes y Golf podrán haber visto que Héctor dice una línea que no está en el video final: “¡Mira, subiste de nivel!”, esta línea la dijo tras haber dado una pausa de tiempo bastante larga para que Ian sufriera, porque él entiende el formato de humor que tiene este video, y ya sabe cómo los edito yo. Después de todo, desarrollamos ese estilo juntos. Y lo que él está imaginando desde que lo dice es que después del sufrimiento de Ian nos iremos a una pantalla en negro, se “acabará” el video, y luego podemos regresar a ver cómo dice esa frase para cerrar con una risa extra.
Pero entonces se le ocurre otra idea y prueba con preguntarle a Ian si seguirá jugando, y todos sabemos cómo resultó eso. Héctor es una fuerza comédica de la naturaleza, y cuando está actuando e improvisando está en su elemento; con el paso de los años yo he aprendido a dejar que la cámara siga corriendo hasta que todos sintamos que ya se nos secaron los chistes, y por eso no había llamado corte. Ahora bien, Ian puede parecer alguien más reservado y serio, pero tiene un humor como francotirador: se espera al momento indicado antes de soltar un sólo chiste letal y matarnos de risa a todos con un solo disparo.
Finalmente, grabo por un momento la televisión de Héctor mientras está apagada para después poner el “clip del juego”, pero, aquí entre nos, mi emoción volvió a hacer que me descuidara y no grabé el material de la manera que me hubiera hecho el proceso más cómodo en postproducción, pero no fue algo terrible y lo pude utilizar. Yo, en verdad, necesito hacer videos de nuevo para desentumir mis músculos de realizador, que entre el encierro y la chamba que tuve los últimos años, me he descuidado y ando medio torpe.
Después viene la edición y todo el proceso de postproducción, del cual no entraré en demasiado detalle de momento, así que sólo mencionaré algunos puntos que te pueden ser de interés por si no sabes el tipo de procesos que se hacen en post:
La partida de Fortnite que se escucha al principio del video es un armado especial que hice de sonidos del juego para que se escuchara el camión al principio, disparos de inmediato y sólo en momentos mientras ellos no hablan, y la alerta de tormenta cuando Héctor explica de qué va el juego e Ian voltea; todo ese audio, y después el del juego falso, está procesado para dar la impresión de que está siendo reproducido por la televisión y que en verdad está ahí en la habitación junto con ellos. El fondo musical que acompaña esa primera parte también está modificado para quedar con los tiempos de la escena, y ayudar, junto con la alerta de la tormenta, a hacer énfasis en la confusión de Ian cuando voltea a ver a Héctor. Las voces de ellos están niveladas y ligeramente procesadas para tratar de hacerlas resaltar del ruido de fondo y que no les estorbe la música o los sonidos de los juegos que yo agregué en la mezcla; al final del día lo que queremos que resalte es lo que dicen y lo demás es sólo acompañamiento. Y, finalmente, hubo un proceso de emparejamiento de colores y luego se corrigió para que ellos se vieran con la mayor claridad posible. Si cualquiera de estos temas te parece interesante y te gustaría saber más, puedes escribirnos y puede que haga un siguiente artículo (o transmisión, o quién-sabe-qué) sobre ello; ya saben que me encanta hablar de estas cosas.
Pero donde sí quiero detenerme un momento es en el juego falso, este “simulador de citas” con cohetes. El día de la grabación le pregunté a Ber si le interesaba hacer los diseños, y aceptó, por lo que le pedí que los hiciera de un par de cohetes específicos: el Saturno V, de la NASA, y el Falcon Heavy, de Space X. Yo soy un nerd del espacio y para mí ésta era una dualidad muy interesante y sencilla de entender para quienes vean el video que también estén interesados en todo lo sideral. Pero, ¿por qué esos dos cohetes? Héctor escribió la línea que responde el personaje cuando Ian presiona A, pero las otras dos frases fueron mías, y mi pensamiento fue el siguiente: si el personaje que Ian escoge es del tipo “niña anime penosa”, entonces también podría ser “niña anime nerd científica penosa”, por lo que un cohete de la NASA, cuya misión es casi exclusivamente científica, hacía sentido, y el cohete más famoso de la NASA es el Saturno V, sobre el cual la misión Apollo 11 llevó al primer hombre a la Luna en 1969. Entonces, para que en el video sea de fácil lectura el entender que Ian debe realizar una decisión entre dos opciones, debería hacer que el otro personaje sea de una personalidad opuesta, y el arquetipo “chica malota de anime” era muy sencillo de pensar, y para asignarle un cohete me fui a lo actual: hoy en día tenemos a Space X, la cual es una compañía privada y su meta es generar capital económica expandiendo sus servicios y convirtiendo el espacio en una comodidad para tener más clientes, por lo que su cohete más famoso, el Falcon Heavy, era la opción indicada.
Ber hizo los dos cohetes con sus uniformes como vectores, por lo cual tienen una calidad de detalle tremenda, y fue él quien me mandó los archivos con los nombres “Saturno-chan” y “Falcon-chan”, lo cual me dio una risa tremenda cuando los leí, y por supuesto se convirtieron en sus nombres oficiales en el video. Pero mientras esperaba a que Ber los terminara, mientras yo editaba el video, me di cuenta de que estaba ocurriendo algo muy curioso y se me presentaba una oportunidad especial.
Me faltaban voces para dos personajes, y del equipo BZ me hacían falta dos personas en el video, Kevin y Rod. Conectando los puntos me di cuenta de que podría hacer que el primer video de la BZ en muchos años nos tuviera a todos juntos en los créditos, y ésa se volvió mi meta principal.
Tomó un poco más de tiempo de lo esperado, y eso retrasó unos días el estreno, pero es entendible; las fechas previas a año nuevo son muy complicadas, y aunque el video se pudo haber estrenado antes si hubiera tomado la fría decisión de no esperar a que mis amigos me pudieran mandar sus audios, para mí era más importante esperar a poder tener las voces y que estuviéramos todos juntos en él, por más emocionado que estuviera de tener un nuevo video.
Y eso me trae de vuelta a un punto del que hablaba más arriba: el cómo nuestras películas eran una cosa que hacíamos juntos y que podíamos volver a ver después. La cámara siempre ha estado corriendo, y desde nuestras primeras películas yo me hacía de mucho material “adicional” que sólo éramos nosotros bobeando y riéndo, y lo empecé a recolectar, a hacer pequeños videos de acompañamiento que eran más para nosotros; retratos de cómo eran nuestras reuniones. Algunas personas tienen cámaras instantáneas y scrapbooks, algunas personas tienen cámaras de fotos y álbumes en Facebook, y yo tengo cámaras de video y vlogs.
Hoy en día aprecio con mucho cariño todos nuestros viejos videos tanto porque estoy orgulloso de ellos y me divierten, como porque son pequeñas ventanas a nuestra amistad a través de los años, y eso se me hace mucho más importante que llegar a una fecha de estreno, o hacer un video muy popular; para mí lo especial es poder decir con orgullo “todos participamos en esa película” y hacer un pequeño video de acompañamiento para recordar cómo fue aquél día.