A principios de septiembre diferentes circunstancias me llevaron a tener que esperar un par de horas dentro de un centro comercial. Pero no era el tipo de espera en la que puedes pasear por la plaza, entrar a tiendas, o ir a comer algo; era el tipo de espera donde debes estar cerca de un área general y no te puedes ir muy lejos. Los específicos de qué hacía allí no son relevantes para nuestro relato, lo importante es que tuve que esperar en el piso más alto junto a las escaleras eléctricas.